Jueves de Cruïlla y allá que fuimos a buscar nuestras pulseras, del que para mi, es de los mejores festivales por muchos motivos. Era tarde y al día siguiente se trabaja, así que fuimos con la idea clara de ver solo dos actuaciones; Albert Pla y mis queridos La Plazuela.
En el escenario Vueling, Albert Pla, que congrega a un público muy variopinto, estuvo divertido y reivindicativo, como siempre, con sus canciones habituales y el esperado último tema versionando a Enrique Iglesias, ver a Albert Pla en acción es toda una experiencia religiosa.
Y corriendo para estar en primera fila nos fuimos al escenario Occident, para ver a La Plazuela. Que me flipan estos chicos y la gira que llevan, ¡Qué gira! Roneo Funk club… Si es que el nombre ya dice tanto, sabes que Manuel Hidalgo (El Indio) y Luis Abril (El Nitro) con su banda, van a liar un buen jolgorio. Y la lían vaya si la lían con sus temas, sus ropas, sus oros colgaos, sus looks, sus palabras y oye además son guapos jajaja… fusionando sus ritmos de flamenco, electrónica, se puede llamar Foltróniko, se llevan al público a donde quieren. Que he de decir me sorprende muy gratamente, que llenen tanto, pero tanto… aquí en Cataluña este grupo granaíno. Desde “La primera helá” pasando por “Peiname Juana”, “Realejo Beach” hasta liar tal fiesta, cual discoteca ochentera, para finalizar el concierto, en la que pincha El Nitro y todo el equipo participa de ella aportando su toque fiestero macarrilla. ¡Y es que La Plazuela lo petan!
Vienres, ¡Empezamos con el subidón! El ambiente era pura electricidad, con ganas de darlo todo. Cuando llegó el turno de The Kooks, ¡fue una locura! Sus temazos nos hicieron vibrar y cantar a pleno pulmón. Y entre concierto y concierto, risas, cervezas fresquitas.
Pero la noche aún guardaba sorpresas. ¡Shinova nos regaló un conciertazo lleno de emoción y energía! Sus letras sinceras y su música potente nos llegaron al corazón. Y después, ¡qué momentazo con Amaral! Eva y Juan nos hicieron cantar y bailar con sus himnos generacionales. ¡»Sin ti no soy nada», «El universo sobre mí», «Revolución»… fue un viaje emocional en toda regla. Por si fuera poco…contimaumos con ¡Avril Lavigne nos hizo revivir nuestra adolescencia con sus himnos pop-punk! ¡Qué energía! Y para rematar la noche, ¡Kasabian nos dio una lección magistral de rock! Sergio Pizzorno y compañía salieron al escenario con una actitud arrolladora y nos hicieron saltar y corear cada uno de sus temazos. ¡»Club Foot», «Fire», «L.S.F.»… fue un no parar! El juego de luces y la puesta en escena fueron brutales, y la conexión con el público, ¡total! No podíamos dejar de bailar y cantar hasta quedarnos sin voz. ¡Menudo fiestón para cerrar el viernes!
El Sábado, el sol pegaba fuerte, pero nada que no arreglara un buen chapuzón en la playa. Y después, de vuelta al festival para seguir con la fiesta. ¡Y vaya fiesta! El sábado fue un día épico para los amantes del rock y la música en catalán. Johnny Marr, el legendario guitarrista de The Smiths, nos regaló un concierto inolvidable! Sus riffs y melodías nos transportaron a otra época. ¡Pura magia!. Pet Shop Boys nos hicieron bailar y cantar con sus himnos electrónicos! Neil Tennant y Chris Lowe demostraron que siguen en plena forma y que su música es atemporal y los Smashing Pumpkins nos transportaron a los 90 con su sonido grunge inconfundible! nos hicieron vibrar con temazos como «Tonight, Tonight» y «1979». ¡Pura nostalgia!
Y para los que querían bailar y cantar en catalán, ¡Oques Grasses y The Tyets fueron la combinación perfecta! Sus ritmos pegadizos y sus letras divertidas nos hicieron saltar y corear sin parar. ¡El ambiente era pura fiesta!
Pero lo mejor del Cruïlla no fueron los conciertos, ni la comida, ni siquiera el buen tiempo. Lo mejor fue la gente. Esa mezcla de culturas, de idiomas, de estilos… ¡Pura diversidad! Y todos unidos por la música, el buen rollo y las ganas de pasarlo bien. ¡Eso es lo que hace que este festival sea tan especial!
Así que ya sabéis, si queréis vivir una experiencia única, llena de emociones, de risas y de buena música, ¡no os podéis perder el Cruïlla 2025! Y si ya habéis estado, seguro que estáis deseando volver. ¡Nos vemos en la próxima edición, festivaleros!
