Nil Moliner | Foto: Esther Cobos
Sábado 29 de mayo, Nil Moliner, Estadi Oímpic Lluís Companys. Qué fuerte esa frase cuando en verano de 2018 apenas nos congregamos 100 personas en el far de Calella. Si bien es verdad que recintos como el Camp Nou y el Estadi Olímpic son lugares en los cuales sólo unos muy pocos artistas tienen el honor de dar un concierto allí. Pero las circunstancias son las que son y, ayer, finalmente pudimos ver a Nil Moliner tocando en casa. Este concierto que tendría que haber sido el pasado mes de noviembre, siendo el fin de gira Bailando en la batalla en el Sant Jordi Club.
Cerca de 3000 almas de todas las edades nos congregamos en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Barcelona, para disfrutar de Nil Moliner dentro de la programación del Guitar BCN 2021. El recinto se abría por primera vez en más de un año para albergar conciertos. El de Nil es el primero de varios se que alargarán hasta finales de verano, dando cita conciertos del Cruïlla XXS o Share Festival, entre otros. Esta a nivel personal era una cita especial, por poder compartirla con amigas que nos une la Nil. Además, de tener cerca a Emma, compañera del medio, de La Musikalité y persona que conocí por el amor que nos une a la música. Y por qué no decirlo, fiel fan de Nil Moliner desde los incios.
Somos hijos de la tierra
Con puntualidad británica, daba comienzo el inicio del show. Nil y su banda salieron al escenario dispuestos a comerse el Estadi. Y el inicio no pudo ser más acertado: Hijos de la tierra y Sale el sol, con unos fuegos artificiales en el brigde del tema. Puramente el principio de la carrera en solitario de Nil al margen de CyBee, lo que me pareció un gesto súper bonito teniendo en cuenta lo especial que iba a ser el concierto. Entre ambas canciones, Nil se dirigió al público manifestando que ‘por fin estamos aquí’. ‘Quin goig feu! El espectáculo esta noche es para nosotros’, manifestó. Este arranque seguía recorriendo los principios con Se nos escapa y Sin tu piel. Sin lugar a dudas, un regalo para aquellos que llevamos escuchando a Nil desde hace un tiempo.
El artista se mostraba visiblemente emocionado sobre el escenario. Durante Déjame escapar, el Estadi se llenó de un mar de brazos levantados con las linternas del móvil. Al finalizar, comentó que el día se había hecho esperar mucho (desde noviembre del 2020) y agradeció la espera hasta que ha podido realizarse el concierto. Y aquí empiezan las sorpresas. Una versión diferente de Cien por cien, con algunas partes en catalán hizo de las delicias de los asistentes. Además, en las pantallas el escenario, se proyectaron imágenes de una galaxia, creando un clima intimista.
Era momento de presentar a la banda de Nil, un grupo de chicos y chicas muy talentosos y dicharracheros, tal como vimos a lo largo del concierto.
Estar tan bien respirando sin estrés
Mi religión fue el primer momento de euforia. Era inevitable quedarse quietxs y, ante todo, respetando las medidas, bailamos en nuestro sitio: ‘Y es que no te miento, cuando digo, que me haces feliz’. Felicidad y éxtasis en estado puro. Qué necesario y cuánto lo echamos de menos en estos tiempos. Con Libertad fue un pónmelo todo: Fuego, fuegos artificiales y un juego de luces maravilloso. Pero ras la tormenta llega la calma y volvemos a lo emotivo. Nil se quedó solo en el escenario y pronunció un speech: ‘Espero que algún día la vida nos devuelva la humanidad’. Tal vez es un tema que hoy por desgracia está a la orden del día. Él, a guitarra y voz y un Estadi iluminado. Ferran e Ignasi se unieron a él en la segunda mitad de la canción. Magia pura.
¿Nos quedamos con las ganas de ver a Rayden sobre el escenario? Sí, pero lo que creó Nil en ese momento no lo cambio por nada del mundo. Y lo que se vino con Mejor así, inexplicable. Esos temas que se clavan como un puñal y te hacen un nudo en la garganta. Emotivo y necesario vivirlo en directo.Acto seguido, era el turno de la primera colaboración de la noche. Yoly Saa se unía a Nil Moliner para interpretar Por última vez, tema que ya habían grabado dentro de las Muu Sessions. Al finalizar, la banda se marcó unos momentos de sonoridades reggae para que Nil saliese del escenario y volviese con un nuevo outfit. Agarraros que vienen curvas.
Sé que en realidad me puedes hacer bailar
Si algo tiene el ADN del artista de Sant Feliu de Llobregat es música buenrollera, de bailar, saltar y muy de verano y barrakes. El despertar a nivel de sonoridad y letra, es de las canción que más reflejan este ADN. Bailamos, sentados, de pie algún momento incluso. Era una fiesta y se remataba con La bestia. Estábamos ya en un punto de euforia que era difícil de rematar. Nil se bajó del escenario y se fue hacia el lateral dónde nos encontrábamos ubicadas en la pista. Vimos un tambor fosforito sobre una plataforma y se subió en ella. ‘¿Dónde está mi gente?’ Gritó y se puso a tocar un solo de batería mientras sonaba Mi gente de J Balbin. Estábamos en un punto sin retorno, el tiempo parecía que estaba paralizado. Una de mis amigas comentó que era lo más cerca que íbamos a estar de una discoteca. Y no lo niego, no le habría hecho ascos a un gintonic o una cerveza en ese momento.
Danny Romero subió a interpretar Se me va. La verdad que a nivel personal me pareció muy de sin más, partiendo de la base que Danny no es un artista que me entusiasme. Y también tenía la difícil tarea de igualar el momentazo del solo de batería. La noche de ayer fue especial, y era el momento ideal para presentar un nuevo tema: Me quedo. Dijo no saber cuando sale (o sí, que los de arriba podrían echarle la bronca si se va de la lengua). No haré spoilers, ¡Cuando salga ya hablaremos!
Seguimos con las colaboraciones, en esta ocasión con Andrés de Dvicio. Crush de la mitad de los asistentes y me declaro fan incondicional de su camisa muy de festivales. Epiphany es un divertido tema de Dvicio en el que colabora Nil y lo pudimos disfrutar a dúo.
Nos vamos acercando al final. Calma en directo sonó estupendamente, y eso que a priori no era una canción que me llamase en exceso. Nil aprovechó para presentar al equipo técnico que le acompaña en la gira y agradecerles su labor. Con Esperando volví a tener flashbacks de ese concierto en Calella, y de echar la vista atrás y ver lo que ha conseguido Nil en apenas 3 años. El público enloqueció muchísimo con el tema, la verdad.
Caeré y todo volverá a empezar
Nil se dirigió al público, queriendo dedicar Mis cicatrices a aquellos y aquellas que han currado durante la pandemia, a los profesiones esenciales… Además de aprovechar para reivindicar la cultura segura que, por si aún no había quedado claro, es posible. Estas palabras arrancaron una gran ovación entre los asistentes. Y no estuvo solo, Álvaro de Luna se unió a él. Fuegos artificiales fueron la guinda de esta actuación, con la que ‘teóricmente’, finalizaba el concierto.
Evidentemente faltaba algo, así que era momento de dar paso a los bises. Los técnicos entraron un piano y Nil se enfrentó en solitario con el piano a interpretar Soldadito de hierro. Puede sonar exagerado, pero cuesta explicar lo que sentí. Ver 3000 móviles al aire, al público cantado cada palabra, a un Nil emocionado… El último estribillo se levantó del piano y el público acappella, nos marcamos el tema. Nil se sentó en el borde del escenario, emocionado y agradecido. Su mirada lo decía todo. Justo el día antes del concierto, se estrenó Som ocells, su primer tema en catalán. Quiso hacer un speech antes de empezar a tocarla: ‘Lluiteu per els vostres somnis i objectius. A vegades es compleixen i és una bogeria’. Empezó a tocarla solo al piano y la banda se unió hacia el final del tema, que se remató con unos fuegos artificiales.
Ahora sí, era el final y sólo podíamos acabar Bailando, con Nil y Lennis Rodríguez. Energía, fuegos artificiales y casi tanto confetti como en un concierto de Dorian. Con toda la banda en el escenario y sonando La bestia de fondo, Nil dió la gracias al staff, su equipo, a su familia, amigos y a The Project por organizar la locura que acabábamos de vivir. Lo bueno se hace esperar y aquí se demostró.
En cuanto las luces se encendieron, me acerqué a la mesa de sonido que la tenía a escasos metros, y me hice con un setlist. Últimamente intento conseguir todos los que puedo, pero me hacía especial ilusión tener un recuerdo físico de este concierto.
Recordé Calella, las fiestas de La Mercè de 2018 en Arc de Triomf, Share Festival, las varias veces que lo he visto colaborar con Alfred García… Ver la evolución y que su esencia artística y humildad dicen mucho de Nil. Gràcies per la nit d’ahir, repetirem molt aviat!