Benditas corazonadas, aquellas que nos hacen actuar por un porqué, aquél que existe detrás de un impulso o sentimiento nacido.
Esas corazonadas que nos hacen entendernos cuando más perdidos nos encontramos, llevándonos a sentir esos “anhelos” inalcanzables pero a la vez posibles junto a buscar nuestros “salvavidas” dentro de nuestros miedos.
Veintiuno no dejan de sorprendernos con los adelantos que podemos disfrutar antes de que llegue el gran día, 23 de abril, cuando “Corazonada” llegará al mundo y dejará de ser solo de ellos para ser de todos nosotros y nosotras. Nos han llevado durante estos meses durante un viaje emocional donde vivimos la lucha contra unos “haters”, aunque nosotros mismos podemos llegar a ser nuestro peor “hater” junto a esas caídas dulces, semejantes a un suspiro de “caramelo” ya que, es demasiado dulce ese instante para realmente ser bueno.
¿Qué podría decir que está claro dentro de este trayecto? Veintiuno están hechos con un objetivo claro: crear esa música con la que puedes encontrarte a ti mismo/a “parasiempre”.
Lo último que conocimos fue “Lluéveme un río”, donde nos hablan de esos reencuentros con quien la despedida fue dura y oscura. Algo doloroso pero humano, ¿Qué tenemos ahora? ¿Qué sentimiento humano nos traen Veintiuno? Una realidad que muchos vivimos sin darnos cuenta: perdernos a nosotros mismos.
Personalmente creo que es el tema de Veintiuno que, la primera vez que lo escuché, es decir a las 00:00 del 17 de este mes, sentí un nudo en todo el cuerpo inigualable. ¿Por qué? Creo que, después de muchos temas con los que he sentido una bonita conexión, este en especial me dejó rota por un instante por el mensaje que transmite y la dolorosa verdad que hay escondida detrás de esta canción. Desde su propia cuenta de Twitter confirmaron que “Mi Monstruo y Yo”, su último tema, ha sido de los más difíciles de crear al poner en una canción una serie de palabras que no todo el mundo es capaz de aceptar y de gritar al mundo en forma de música.
“El trastorno de despersonalización/desrealización se caracteriza por una sensación persistente o repetitiva de separación del cuerpo o los procesos mentales, como un observador externo de la vida (despersonalización) y/o desconexión del entorno que le rodea a uno (desrealización)”
- Comentaron Veintiuno también desde su cuenta de Twitter.
La valentía de darle voz a un hecho tan normal en nuestro día a día como los trastornos mentales deberían de ser algo común, el hablarlo sin miedos y con comodidad y esta canción lo hace. “Mi Monstruo y yo” nos habla de esa sensación de haberte separado de ti mismo/a, de sentir que te has perdido por completo y que no eres dueño/a de ti mismo/a. Ver que el mundo y lo que te rodea está viviendo sin tu darte cuenta, volviéndote un “flâneur” de una vida, de la tuya propia.
La vida está compuesta por pasajes que te harán caer, perderte y en muchos casos llegarás a dudar de si realmente eres quien quieres ser… o llegarás a dudar de quien realmente eres. Ese monstruo de tu cabeza que te hace dudar de tu propia existencia, la mente llamada razón pero aquella que la vez nos hace pasar demasiadas putadas.
Aquí me viene a la mente una parte de la canción titulada “Los dioses también sangran” de Rayden que dice lo siguiente:
- No creas todo lo que piensas.
Me vino a la mente esta parte por la relación del tema en común: el luchar contra ti mismo, contra tu propio monstruo, aquél que te domina en los momentos de oscuridad, de pérdida, de olvidarte de ti mismo/a.
Yo no me he perdido
Me estoy buscando
Me he perdido
Me estoy buscando
Mi monstruo y yo solo estamos jugando
Apostaría ahora mismo el brazo derecho y sé que no lo perdería si digo lo siguiente: no habrá nadie que no se haya sentido medianamente emocionado con esta canción. ¿Por qué? Por la verdad tan jodidamente real que está transmitiendo.
Ansiedad, depresión, miedo, inseguridades… son algunos de los factores que llenan nuestra vida sin buscarlo, el perdernos sin darnos cuenta, el olvidarnos de nosotros por haber cuidado de todo el mundo menos de nosotros mismos o el habernos dejado devorar por esta sociedad que cada vez pierde más su humanidad… ¿todo para qué? Para acabar viviendo aquello externo, siendo un observador de lo que considerabas tu vida.
«Mi Monstruo y yo» para mi tiene dos objetivos claros y a la vez muy necesarios en este tiempo: hablar sin tapujos ni tabús de la salud mental y sus trastornos por un lado, y por otro, recordar que a veces hace falta perderse para encontrarte contigo mismo y con tu monstruo, enfrentarte a él, para empezar de nuevo. Porque a veces nos perdemos en este mundo tan complejo, aquél que nos hace vernos como lo que no queremos ser, ese monstruo que llenaba nuestra mente quien acaba consiguiendo vivir a fuera y nosotros solo podemos hacer una cosa: luchar contra él.
Gracias Veintiuno por dar voz a verdades, aquellas que algunos quieren callar por considerarlas «ridículas» pero aquí hay algo claro: la salud mental es un bien que se ha de cuidar por encima de todo. «Mi Monstruo y yo» no va a quedar en el olvido, será carne de emoción durante generaciones y no puedo evitar decir esto: me alegro mucho.