La Casa Azul nos hizo sentir la Anti-gravedad

La Casa Azul nos hizo sentir la anti-gravedad en la sala Razzmatazz de Barcelona el pasado viernes 17 de enero.

Por lo tanto, el 2020 no podía empezar de mejor forma, dos conciertos de La Casa Azul, prácticamente consecutivos en la ciudad Condal.

A pesar de que actuaron la semana anterior en La Capsa (El Prat de Llobregat), muy cerca de Barcelona. El publico esperaba «El momento» como si fuera la primera vez que Guille Milkyway y los suyos tocaban en la ciudad en mucho tiempo.

Con el estilo propio de La Casa azul, un tanto futurista, salieron en escena con chandal negro, chaqueta plateada, gafas de realidad virtual y cascos, completando el atrezzo formado por grandes pantallas y altillos.

Des del primer momento, el público, que llenó con sold out la sala Razzmatazz, estuvo entregadismo.

Por lo tanto, es fácil ver a simple vista, una conexión brutal entre el grupo de Guille Milkyway y sus fieles seguidores, quienes no pararon de cantar, desde lo más profundo del alma, las canciones que formaron el setlist de la noche.

Desde hace unos años, nombrar a La Casa Azul, era directamente asociado a su mayor hit «La Revolución sexual«, canción imprescindible en cualquier lista de spotify que contemple los grandes éxitos del indie.

A día de hoy, y con la publicación de su último trabajo «La gran esfera» (Elefant Records, 2019) son ya varios los éxitos indiscutible y imprescindibles de La Casa Azul: «El momento«, «Podría ser Peor«, «Ataraxia«, «El final del amor eterno«, «Nunca nadie pudo volar» o «Colapso Gravitacional«.

Por lo tanto, se ha producido una gran ampliación de hits, que sin duda alguna fueron los más coreados de la noche, junto a clásicos como «Los Chicos hoy saltarán a la pista«, «No más Myolastan«, «La fiesta universal» o «El momento más feliz«.

Es increíble como canciones creadas hace 20 años, siguen manteniendo la ilusión y energía. Siguen transmitiendo tanto, que el público las canta como si fueran el último lanzamiento, como paso con «Chicle cosmos«.

Aproximadamente 2000 personas, 29 tema, más de 2h de música y mucho confeti, ¡como me gusta el confeti!

La implicación del público fue notoria, impresionante la capacidad de la banda para pasar del baile a la calma en los dos momentos en los que Guille Milkyway se puso al mando del piano en «Yo también» y «Como un fan«, dos momentos muy emotivos, donde Guille transmitió puro sentimiento.

Un concierto que se hizo esperar tras la cancelación en octubre, no podía terminar sin más. Cuando tod@s estábam@s seguros de que el concierto llegaba a su fin, Guille desapareció del escenario, en mitad de la última canción «Nunca nadie pudo volar«, para «tomar las alas como Reichelt en París», levitar y hacer que todos sintiéramos la anti-gravedad.

Que sensación tan mágica, ¡qué maravilla cuando la música consigue hacerte volar!