Martes 17 de diciembre, mi santo y qué mejor manera de celebrarlo que ir al Palau de la Música a ver el arte de mi medio paisana, la cordobesa María José Llergo dentro del Festival de Jazz de Barcelona que organiza The Project Living Live Music.
El Palau de la Música Catalana fue el escenario perfecto para este concierto, un lugar lleno de historia y magia donde “La Llergo”, con su dulzura, sencillez y poderío demostró una vez más su habilidad para mezclar géneros, creando una atmósfera mágica que nos cautivó a todos.
Su poderosa voz, llena de fuerza y emoción, únicamente acompañada por «Mis niños» como ella dice, Carlos Sosa a la batería y Julio Martín a los teclados, fue la protagonista indiscutible de la noche, que decoró con graciosas anécdotas de su pasado no muy lejano como estudiante en Barcelona y rememoró emocionada, momentos con sus compañeros a los que a algunos de ellos se encontró en el equipo técnico.
Cada detalle, desde la iluminación hasta el vestido que lució descalza, fue diseñado y creado para la ocasión, por su paisano José Perea en el que estampó cuadros de Julio Romero de Torres, contribuyó a crear una experiencia sensorial única.
“La dulce Llergo” aprovechó la ocasión para expresar su compromiso con el feminismo, dejando un mensaje claro y contundente a lo largo de todo el recital.
Nos deleitó con la participación del cuarteto flamenco Las Migas, que añadieron un toque aún más flamenquito y especial al concierto, creando un momento lleno de fuerza y emoción el cual disfruté como una niña chica.
La presentación de su segundo álbum, «Ultrabelleza», fue el hilo conductor del concierto, un concepto que explora la belleza desde una perspectiva amplia y profunda.
El público respondió con entusiasmo, ovacionando a la artista y coreando sus canciones. Pero el momento en el que nos ganó con creces e hizo que nos levantáramos a ovacionarla un buen rato, fue cuando interpretó Mediterráneo de Serrat, un momento único y difícil de olvidar que sólo y para mí, podía superar cuando bajó al público a que la viéramos todos bien y de cerca a cantar “Pena, penita, pena” … que quién me conoce bien sabe que para mi es una canción muy especial.
¡Absolutamente precioso y preciosa! La actuación de María José Llergo en el Palau de la Música Catalana fue un evento inolvidable que fusionó a la perfección flamenco, electrónica y un potente mensaje feminista. Qué vivan las mujeres sensibles, dulces, intensas, poderosas y valientes.
Gracias María José ¡a tus pies pa siempre!
Yolanda Del Moral