El viernes pasado Els Pets presentaron su decimotercer álbum: «1963», con un “sold out” en el Teatre Fortuny de Reus. El álbum lleva el año de nacimiento de los tres músicos: Joan Reig, Lluís Gavaldà y Falin Cáceres.
En este nuevo álbum se encuentran canciones, inspiradas en clásicos de la new wave británica de finales de los años setenta y principios de los ochenta, pero con una mirada moderna y contemporánea.
La primera vez que los vi en directo tenía tan sólo 14 años y fue uno de esos conciertos que tengo gravados a fuego en la piel. Supongo que la adolescencia tiene muchas cosas, una de ellas es que todo lo que pasa a tu alrededor es como un tsunami y ese día fue así. Después de ese siguieron muchos conciertos más y hasta tuve la ocasión de verlos ensayar una tarde en el emblemático Xalet Serra de Reus.
El Teatre Fortuny estaba a reventar de gente de todas las edades. Venían familias enteras, hasta me encontré a algunos de los amigos con los que fui al mítico concierto con 14 años. La diferencia era que habían pasado 27 años e iban acompañados de sus hijos.
Els Pets tienen muchos seguidores acérrimos que los siguen desde hace ya décadas, tantos años de trayectoria musical dan para mucho. Empezaron con los temas nuevos: “Ulls com a piscines”, “Jordi Puig”, “Atracament a La Caixa”… Lluís Gavaldà era muy consciente que los allí presentes íbamos locos no sólo por escuchar las novedades sino por sus hits más emblemáticos. No defraudaron, poco a poco iban soltando algunos de sus éxitos como “Una estona de cel”, «Bon dia» o “Jo vull ser rei».
Su interacción con el público es lo más, Lluís Gavaldà tiene una química con él muy potente. En algunos momentos parecía emocionado, lo pudimos ver sonreír muchas veces y agradeció que estuviéramos todos ahí presentes. Hasta llegó a pedirle a su técnico de iluminación que por favor iluminara al público para poder verlos y dirigirse a ellos. Nos regaló momentos inolvidables, incluso a los que estábamos con la cámara en la mano, nos deleitó con sus gestos y miradas más divertidas y eso en nuestro trabajo es de agradecer.
Mas de dos horas de concierto dan para mucho. Cerraron con la canción “Bona Nit” en acústico: Lluís Gavaldà, Jordi Bastida y Marcel Cavallé, sentados los tres al borde del escenario. Lo que tendría que haber sido el momento de emoción y nudo en la garganta se transformó en el momento épico y más divertido del concierto que sólo podía estar protagonizado por un Lluís Gavaldà desatado.
Demostraron que a pesar de los años, siguen siendo los reyes de la escena musical catalana.
Si no os queréis perder alguno de sus conciertos puedes podéis entrar aquí.