El pasado sábado en La 2 de Apolo ( Barcelona), Neuman, Paco Román (voz y guitarras) José Sánchez ( Batería) y Dani Molina ( piano y bajo) nos dedicaban su fin de gira de Crashpad.
La noche advertía ser intensa emocionalmente y musicalmente, de esos directos que esperas porque sabes que te van a llenar, que te van a elevar y que te van a tocar, hasta el punto de erizar la piel.
Neuman consigue contraer, con su música, los músculos y causar ese efecto… vamos lo que viene siendo «la piel de gallina», y seguro que a más de uno y una le sucedió, porque como era de esperar no defraudaron.
Si das comienzo con un solo instrumental que ya te hace cerrar los ojos adentrándote en la magia y poder de la música, solo cabe esperar que lo que va a suceder, hará dejarte llevar.
El primer tema escogido «Lovers» es de esos, de los que te transporta a un refugio mental para conseguir hacerte flotar. Creo que ellos mismos se elevan mientras están tocando, es algo que se contagia de una manera muy mística y que pocos artistas llegan a ser capaces de adquirir.
Paco con su acento murciano, no te deja indiferente nada más escucharlo, y no sólo por el desparpajo que tiene al hablar, sino por lo que te dice, por como lo suelta y por su naturalidad y espontaneidad.
Neuman nos expresaba la gratitud por la acogida de Crashpad, de la tristeza y emoción de tener que despedir esa etapa, pero con la alegría de anunciar que viene una etapa nueva, que nos va a sorprender, porque ya tienen listo un nuevo trabajo que, según él, » va ser la leche».
Con «Hell» nos daban el ritmo más movido, más fresco y enérgico, y continuaron con temas que era evidente no podían faltar, como «friends» , «Crashpad» , «Boystar» , «Deleted files» y su último sencillo » Crab Kiss & Final Song», con bandolina en directo tocada por un buen amigo y colega de profesión.
La banda murciana, nos adentró en un amplio recorrido de su trayectoria, con su música independiente, llena de ritmo, de una potencia emocional absorbente y arrolladora, de esa melancolía sanadora, de su mezcla de efectos, su piano, bajo, batería y sus guitarras ( con mucha historia, con cinta americana con heridas de mucho recorrido vencido), que se enlazan a la perfección para dar un sonido digno de banda sonora.
En Barcelona, él se siente como en casa y nos lo quiso hacer saber.
El cariño es mutuo y eso se notó, con una pequeña excepción ( aún que creo que si estas allí y compras la entrada es evidente que lo haces por que te gusta) pero hay personas que a veces, (sea por la emoción de ir con amigas, por una celebración, por salir a un concierto que hace mil que no vas con las colegas, etc..) se les olvida que arriba se crean efectos especiales que traspasan los sentidos, que hay melodías que sólo desde el silencio hacen que descubras un lenguaje, que quien esta arriba dando su mejor versión en un directo único e irrepetible, es alguien que lleva un esfuerzo, una batalla y un sacrificio que compensa si llega a los demás, y es que eso crea y quiere hacernos llegar Neuman, (y digo Neuman, porque los tres son los ingredientes perfectos para esa formula musical de viaje absoluto).
Todo esto viene a que un par de personas optaron por ponerse hablar y mandar a la mierda la intimidad del directo. No es sólo una falta de educación, es un acto que no entenderé que ocurra y menos en primera fila, que se mezclen las voces de cháchara con la voz del cantante…
A Paco eso le molestó enormemente y lo dijo, tal cual a la cara y señalando, explicándoles que es muy jodido intentar concentrarse y escuchar que hay quien se pasa por el forro lo que esta haciendo, es más les invito a irse al fondo de la sala o incluso marcharse, y ¿sabéis qué? que olé sus cojones, olé por decirlo y olé por marcarles.
Hay que tener respeto, hay que saber a que se va y hay que aprender a querer y admirar los directos, lo que te llevas no es sólo escuchar temas que ya sabes que te gustan, sino una emoción que se queda en el recuerdo, que esa melodía ya no te sonará igual porque es algo vivido, es algo que te traspasa, es pura música.
Pido disculpas si me enrollé demasiado en este tema, pero me pareció tan grande ese momento, y tan de acuerdo con su mosqueo, que tenía que explayarme.
Fuera del calentón, que por cierto, le duro ni medio segundo, porque Paco creo que es de los que si se lo callan arden y de los que si lo sueltan se sana, no tardó nada en hacernos de nuevo reír con sus anécdotas. Paco tiene un punto de monologuista, que la verdad no se le da nada mal y hace que sea una manera más personal y cercana.
Un Paco sensible y emocionado, con abrazos de agradecimiento a sus compañeros de viaje, José y Dani, dando muestra del cariño y respeto que se tienen, de esa complicidad con solo mirarse, de esa manera de saber equilibrarse y de compartir como expresar lo que son y hacen.
«Turn it» sonó y nos traspaso como un himno nacional de los que creo deberían de serlos (esos serían los buenos himnos), con las voces de los asistentes siguiendo el estribillo, habiendo terminado la canción, con un lleno total y un Paco emocionado, con lagrimas en la piel, y es que nos regalaron una noche de un disfrute descomunal.
«Sil Fono» fue la encargada de cerrar la noche y dejarnos esa potencia musical que nos devolvía como al inicio del directo, ese cerrar de ojos y traspasar los sentidos.
Gracias por hacer música y por regalarnos ese viaje, ¡GRANDES!
Os esperamos para volver a disfrutaros, porque sois terapia.
¡Viva la buena música!
Gracias a Subterfuge por hacer posible que lo disfrutáramos.
Fotos: Gabriel Horcajada.
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