Algo suena en mi nube sonando

Marinero sentimiento’ es la canción que da título al primer EP de RIPOLL, una colección de cuatro canciones donde se concentran las dos tendencias que tironean el corazón de este músico: la que llena de crujidos after-punk (con ayuda de la inconfundible voz de Raúl Querido abriendo este EP) los andamiajes de su pop, y la vena arrabalera que emerge y narra desde ese fango de feedbacks, poniendo luz porteña a la canción como el Calamaro de barrio sur de Madrid que en el fondo es. Es, en esencia, la única forma de conciliar esas dos almas a las que la música de RIPOLL se debe: la de su pasado underground, en el que resuena el fantasma de Surfin’ Bichos, pero también el porte descarado y actual de Fontaines D.C., a la vez que la del poeta sentimental y afectadamente romántico que lo acerca al pop de Los Rodríguez.

Y es que, como los irlandeses o los argentinos -respecto a Dublín y Buenos Aires-, tal es la deuda de RIPOLL con su Madrid -ese lugar tan alejado de los anuncios promocionales y la impostura “vaqueriza”-, donde todos los pops son el pop, todos los estilos se dan la mano, y los barrios de Carabanchel y Villaverde Bajo huelen a océano y salitre, a sueños y a insomnio, a orgullo y a rabiosa camaradería, a la belleza de resistir y al latido tentador del fuego, porque el sentimiento será marinero, pero RIPOLL es capitán, es capitán, es capitán
”.

Así define Lolo, compañero de David Ripoll en la extinta banda Hazte Lapón, el EP de debut de este último, titulado Marinero Sentimiento. Un trabajo del que empezamos a tener noticias el pasado otoño cuando lanzó el single ‘Podemos seguir‘, al que siguió pocas semanas después un segundo: ‘Tienen que arder‘. La primera, donde el autor defiende la belleza del acto de resistir frente a la marea del desencanto entre ecos de The Last Shadow Puppets y Los Rodríguez, y la segunda, una llamada a la acción con un tono nostálgico, de protesta y con aire fronterizo y de rock latino, se intercalan ahora con dos canciones inéditas. La titular ‘Marinero Sentimiento‘, donde el spoken word y los estribillos pop se dan la mano con estrofas post punk susurradas por la voz de Raúl Querido; e ‘Insomnio‘, cuyo loop de bajo nos conduce a lo largo de toda la estrofa, y a través de una atmósfera onírica, para acabar saltando de manera irresistible con los violines y el riff de guitarra del estribillo final. 

Marinero Sentimiento ha sido mezclado por Borja Pérez (YawnersConfeti de Odio, etc.) y grabado y producido por Miguel López Breñas (Puzzles y DragonesCómo vivir en el campoTigres y Leones), y llega acompañada por un videoclip para su canción homónima rodado por Miguel Yubero en una playa de Valencia.
 En RIPOLL, el músico evoluciona en su forma de tratar los textos, consiguiendo desgranar con voz propia las emociones que proclaman la belleza de la resistencia como remedio frente al desencanto. La soledad, el peso de la historia, las redes sociales o el anhelo de unos ideales que fueron soñados para un mundo que amenaza con desaparecer son algunos de los temas centrales de esta tentativa musical que conecta con las ansiedades y las esperanzas más profundas de la época. Como en los relatos populares que se narran únicamente al calor de las hogueras, se congrega en torno a una sola voz la experiencia colectiva, envolviendo la propuesta en un aura de canción tradicional y sensibilidad costumbrista.

Yasmina Berdugo
yasmina.berdugo@gmail.com

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